La lluvia en Sevilla es una maravilla.
Hoy, mientras estaba trabajando en el bar, fui testigo de la caída de un pedazo enorme de rama del jacarandá que está en la acera. Eran las 8 de la mañana, el día comenzaba tranquilo en lo laboral y tormentoso en lo climático. El tránsito de coches se iba transformando en atasco a medida que aumentaba la intensidad de la lluvia y disminuía la visibilidad de los conductores. Yo miraba esa escena mientras ponía café y tostadas a los clientes que iban llegando de a poco mientras otros espontáneos entraban al bar buscado resguardo. En eso el crujir rabioso de la madera se antepuso a la caída de la rama ya mencionada del árbol de la esquina. Milagrosamente en ese momento no pasaron ni coches ni personas y faltaban 20 minutos para que en esa esquina de Virgen de Luján y Monte Carmelo se dieran cita los niños que a diario esperan el autobús para ir al colegio. Cuando terminé de poner el café que estaba cayendo fui en busca de la guía telefónica, busqué ayuda en ella y llamé al 112, que es Emergencias. A los 10 minutos un camión de bomberos y un patrullero de la policía local de Sevilla acudieron a la zona y solucionaron el problema con una motosierra. Hicieron leña del pedazo de árbol caído. Leña que por estar húmeda y verde no servía para una mierda. Transcurrió la mañana lluviosa con normalidad y a las 11:30 llegó un camión del servicio de recolección de muebles y cosas que la gente deja en la calle para que el ayuntamiento las recoja y se llevaron la leña inútil o los pedazos del pedazo de rama del jacarandá. Fue impresionante como respondió el 112 a mi llamada, ojalá la vida sea siempre así de dispuesta a resolver las cosas cuando uno lo necesita. Singin' in the Rain.
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